Dentro de la empresa existe una dualidad permanente entre el posicionamiento de marca y la necesidad de venta o dicho de otro modo: sobrevivir con un buen diseño de tienda online y mantenerse fieles al propósito de marca. Pueden parecer rumbos enfrentados, pero realmente este doble pensamiento es bastante realista ya que una empresa que no obtenga ingresos difícilmente podrá continuar, sea cual sea la nobleza de su propósito.
El problema radica en el nivel de necesidad de ventas, ya que una inmediata necesidad de ingresos se traduce en una reconducción del rumbo hacia los grandes descuentos, dónde el precio es la única variable con la que avanzar y se puede cometer el error de dirigirse hacia una deshumanización de la marca que se aleja cada vez más del camino de su propósito. Para que una empresa disponga de operatividad funcional se debe caminar por el centro, quizá crear un tercer camino que aúne el rumbo de ambos y eso es posible gracias al marketing online que nos permite potenciar de manera fácil y efectiva los valores de nuestra marca.
Cuando una empresa entra en esa espiral de necesidad económica, los descuentos se transforman en dueños y señores de la misma y se corre el riesgo de ir descendiendo cada vez más hacia una guerra comercial de precios bajos y allí la única manera de sobrevivir es que nuestro precio sea el más bajo posible, pues si lo vemos desde el punto de vista del cliente tiene cierta lógica: ¿Por qué escoger un producto más caro si tengo otro igual a menor coste? Y es aquí donde radica el problema, cuando las empresas no pueden ofrecer nada más que un precio bajo. Posiblemente, hayan sacrificado otros valores de marca y no les quede otro argumento que ofrecer al cliente más que: ¡Escógeme, soy más barato!
En ese momento habrá ganado la necesidad de ventas, de supervivencia de la empresa y a un lado quedó el propósito, la ilusión y los valores de marca que una vez caminaron de la mano. Pero para sobrevivir no sólo hacen falta ventas, ya que sólo podemos distinguirnos de la competencia por precio o marca, por eso hay que saber elegir el camino. La victoria de la supervivencia posiblemente lleve a la empresa hacia un declive y en muchos casos al cierre. Para evitar poner el cartel de “cerrado” a nuestra marca debemos, entre otras cosas, seguir las tendencias de diseño web online 2020 y constantemente reinventarnos.
En Vigo y en el resto de España se está notando un significativo cambio en la relación marca y cliente, llegando al punto en que la fidelidad de marca en muchos aspectos ha desaparecido: Según un estudio de McKinsey de 2019: “el 58% de compradores cambia de marca en el momento de la compra”. Y ¿qué se puede hacer? Llegados a este punto las empresas necesitan dar un giro de 180 grados y volver a reconducir el rumbo hacia un equilibrio y reconectar con la audiencia, no sólo a nivel de precio, buscando de nuevo esa afinidad y familiaridad que se ha perdido, buscar clientes y no sólo ventas. Por esto, es conveniente recurrir al blended marketing y que mejor forma que hacerlo con agencias de marketing digital de Vigo especializadas en casos de éxito.
En estos tiempos dónde ya se habla de una sobreinformación, donde todo está al alcance del usuario, las empresas deben caracterizarse por la transparencia e intentar acercarse nuevamente al consumidor y deben saber que publicar en redes sociales de empresa para llevar la relación con el cliente hacia un nivel más emocional. Hablamos de sentimientos. Ofrecer algo más que un simple precio bajo (eso puede ofrecerlo cualquiera), y hacerles sentir para crear engagement. Está demostrado que los vínculos emocionales generan mucho más apego que el dinero. Para ello, debemos mostrar el lado humano de nuestra marca, compartir nuestra visión y objetivos, nuestros valores con el cliente. Nuestra marca debe conseguir que el cliente compre por afinidad, por afiliación y no por precio.
Es clara la importancia de una agencia de comunicación en Vigo. Por ejemplo, si existen cinco marcas de calzado deportivo, es fácil decidir rebajar los precios (y con ellos la calidad, el propósito de marca, el valor de marca…) pero si conseguimos añadir, en vez de quitar, añadiendo emociones, vínculos personales… no sólo ganamos una venta, sino que fidelizamos un cliente para siempre.